El 2 de octubre se conmemora el día de la No violencia. Este día nos invita a reflexionar sobre las múltiples violencias que atraviesan nuestra sociedad y el arduo trabajo que aún tenemos por delante para su erradicación.
Hablamos de violencias en plural porque no existe un tipo único de presentación. Puede ser física, psicológica, económica, sexual, simbólica, institucional, pero su característica principal es que suele perpetrarse en una relación asimétrica de poder. En nuestra sociedad, la violencia de género y las violencias contra niños, niñas y adolescentes son dos de sus formas más frecuentes y preocupantes.
Hoy en día atravesamos un escenario complejo y sumamente desafiante para todas las familias y la sociedad en su conjunto. La incertidumbre, el impacto en lo económico y el incremento de la angustia nos presenta un panorama donde se complejizan los roles de cuidado y protección por la situación de mayor vulnerabilidad en la que se encuentran las familias. El cierre de las escuelas y espacios de cuidado diario, generan estados de mayor malestar y estrés incrementando el aislamiento de las familias en su sentido extenso. Este contexto ha generado que las violencias al interior de las familias se acrecienten de forma alarmante.
Durante la cuarentena, todas las expresiones de violencias aumentaron. Según los datos registrados por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, los llamados a la línea nacional 137 por violencias intrafamiliares y/o sexuales aumentaron un 20% durante el aislamiento, respecto al mismo período de 2019. La cantidad total de niñas y niños que sufrieron estos tipos de violencias se incrementó un 23%: específicamente, aumento del 28% en violencia familiar y del 13% en violencia sexual. En tanto, la cantidad de niños y niñas que fueron violentados/as en el entorno digital (lo que incluye principalmente grooming y utilización de imágenes de niños y niñas en pornografía) aumentó un 267%. Además, según el Observatorio de Violencias “Ahora que, si nos ven” durante todo el 2020, se cometieron en la Argentina 199 femicidios y al menos 178 niños y niñas perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista. El 66% de los femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima.
Este panorama nos obliga a actuar. Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina trabajamos de manera integral para que las familias desarrollen entornos seguros y protectores. Durante el período de aislamiento, continuamos acompañando a las familias en su rol de cuidado y protección, desde la presencia física, la contención, el desarrollo de capacidades y otras estrategias para propiciar formas de crianza respetuosas de los derechos humanos y libres de toda forma de violencias. Todo este trabajo lo podemos realizar gracias al aporte de donantes individuales y empresas, que se comprometen en la protección infantil. No es suficiente. Más que nunca se requiere el apoyo del Estado, a través de políticas públicas fuertes, estables y con partidas presupuestarias específicas, para garantizar a las familias que no se quedarán solas frente a las complejas problemáticas que las atraviesan. Garantizar el derecho de cada niño, niña y adolescente a crecer sin violencia, en entornos seguros y protectores es una obligación de toda la sociedad. Además, el Estado debe garantizar mecanismos de denuncia, respuesta e intervención claros, accesibles y conocidos por el conjunto de la sociedad que no revictimicen a quienes han padecido estas situaciones.
Es urgente que se destinen más recursos para frenar las situaciones de violencia al interior de las familias para que el aislamiento no suponga más víctimas. Estamos convencidos de que, para erradicar las violencias, la responsabilidad debe ser compartida pero sin recursos y políticas claras no podremos continuar. Actuar contra las violencias no puede esperar un día más.
Teléfonos útiles:
- Línea Nacional 137 para pedir asistencia y asesoramiento sobre situaciones de violencia familiar y/o sexual. Número de Whatsapp 113133-1000.