ALDEAS INFANTILES SOS
– 30.01.25
Afectividad consciente: un camino hacia entornos protectores y seguros
Contar con un ambiente propicio para su desarrollo es un derecho esencial de todos los niños, niñas y adolescentes. En este contexto, la afectividad consciente se convierte en una capacidad fundamental para construir espacios que fomenten su desarrollo integral.
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Un lugar seguro no puede construirse en un ambiente frío o emocionalmente distante. Por eso, como adultos, tenemos la responsabilidad de crear entornos donde el afecto y la calidez sean protagonistas, tanto en la crianza como en la convivencia diaria.
La afectividad consciente implica la capacidad de generar un ambiente protector y positivo de manera intencionada, sistemática y continua. No se trata solo de gestos espontáneos, sino de un compromiso diario con las relaciones interpersonales que promuevan seguridad emocional.
Si bien la afectividad puede surgir de forma natural en relaciones cercanas y saludables, su impacto es mucho mayor cuando se practica de manera deliberada en el cuidado y la educación de niños/as y adolescentes. Solo una crianza cálida y afectiva puede garantizar un desarrollo pleno y el respeto de sus derechos.
Desarrollar la afectividad consciente está estrechamente relacionado con factores como la historia personal, la experiencia de vínculos afectivos positivos, el apoyo de redes emocionales sólidas y la incorporación de prácticas de autocuidado.
En Aldeas Infantiles SOS la afectividad consciente es una habilidad imprescindible para todas y todos los colaboradores en la labor diaria para construir espacios seguros y afectivos donde cada niña, niño y adolescente bajo nuestro cuidado crezca rodeado de amor, protección y respeto.