ALDEAS INFANTILES SOS
– 31.05.25
Día Mundial del Acogimiento Familiar: el derecho a crecer en familia, también cuando no es la de origen
Cada 31 de mayo se conmemora el Día del Acogimiento Familiar, una fecha que nos invita a reflexionar sobre algo esencial: el derecho de cada niño, niña y adolescente a crecer en familia. Desde Aldeas Infantiles SOS nos sumamos a esta jornada renovando nuestro compromiso con una forma de cuidado que pone en el centro los vínculos afectivos y los entornos protectores y seguros.
El acogimiento familiar es una alternativa concreta al alojamiento en hogares o dispositivos, y permite que niñas, niños y adolescentes que han sido separados de sus familias puedan atravesar ese momento acompañados por adultos responsables en un entorno familiar transitorio. Es una forma de evitar la institucionalización, priorizando el afecto y la cercanía. Las familias que abrazan esta tarea lo hacen con generosidad y empatía, ofreciendo tiempo, contención y escucha, sin reemplazar vínculos, pero sí abriendo nuevas oportunidades.
Aunque las recomendaciones internacionales subrayan la importancia de evitar los cuidados en instituciones, sobre todo en el caso de niñas y niños menores de cinco años, en nuestro país el acogimiento familiar todavía no está lo suficientemente desarrollado como política pública. En muchas provincias ni siquiera existe como opción concreta, lo que deja en evidencia una deuda estructural en el sistema de cuidado alternativo.
Según el último informe actualizado por UNICEF sobre niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales en Argentina (2020), de un total de 9.754 chicos y chicas en cuidados alternativos, apenas el 12% se encuentra en entornos familiares. El 88% restante permanece en dispositivos residenciales. Más de cinco jurisdicciones tienen porcentajes que apenas rozan el 1%, y en muchas otras, el número no supera el 6% o se limita a uno o dos casos. Esto muestra cuán marginal es todavía esta alternativa.
Esta realidad tiene consecuencias. Por un lado, dejar a los más pequeños sin entornos familiares va en contra de los estándares fijados por las Directrices de Naciones Unidas sobre Modalidades Alternativas de Cuidado. Por otro, la falta de opciones vulnera el principio de necesidad y de idoneidad que debería regir toda medida de cuidado. Si desde el Estado solo se garantiza una modalidad –la institucional–, no se está respondiendo adecuadamente a las distintas trayectorias y necesidades de las infancias.
El acogimiento familiar permite que niñas, niños y adolescentes sean cuidados por adultos responsables en un entorno afectivo. Las familias que participan de esta modalidad no reemplazan vínculos, sino que ofrecen contención, tiempo y estabilidad mientras se define la solución definitiva más adecuada para el niño o la niña.
Desde Aldeas Infantiles SOS trabajamos junto a organismos del sistema de protección para fortalecer este modelo. Promovemos programas de Familias de Acogida o Familias Solidarias que brindan respuestas más humanas y afectivas, y que tienen un impacto positivo en las trayectorias vitales de los niños, niñas y adolescentes.
Detrás de cada experiencia de acogimiento hay personas que abren su hogar y su día a día para acompañar a un niño o una niña. Hay equipos técnicos que sostienen el proceso, y hay un entramado institucional que entiende que cuidar es una responsabilidad compartida.
El acogimiento no reemplaza a la familia de origen ni a la adopción: es una forma de cuidado temporal, centrada en el bienestar del niño o la niña mientras mientras se definen las medidas más adecuadas para su futuro.
Desde nuestra organización, seguimos impulsando que el acogimiento familiar gane lugar en la agenda pública. Creemos que el Estado, las organizaciones y la comunidad deben trabajar juntos para fortalecer esta política, ampliando su alcance y reconociendo su enorme valor como herramienta de restitución de derechos.
En este día, queremos agradecer a todas las personas que ya forman parte de este camino: a quienes abrieron su hogar, a quienes lo están pensando, y a quienes todos los días trabajan para que el acogimiento deje de ser una excepción y se convierta en una política real y sostenida. Porque ningún niño o niña debería crecer sin una familia que lo abrace, lo cuide y lo escuche.