ALDEAS INFANTILES SOS
– 02.05.24
Ir a clases con valores en la mochila
Hoy es el Día Mundial contra el Acoso Escolar y es momento de reafirmar nuestro compromiso para prevenir esta problemática que crece en todas las escuelas del mundo: 7 de cada 10 niños, niñas y adolescentes lo sufren todos los días. Argentina no escapa a esta realidad y se posiciona como uno de los países con mayor cantidad de casos. Desde Aldeas Infantiles SOS proponemos poner en práctica la educación en valores para prevenirlo.
El acoso escolar o bullying (por su nombre en inglés) implica cualquier conducta de intimidación, amenaza o agresión física o verbal entre compañeros y compañeras, la cual puede ocurrir dentro del aula o fuera de ella, como por ejemplo en recreos o actividades extracurriculares. Los entornos digitales -como redes sociales, chats de WhatsApp, emails y juegos online- también son espacios donde se producen estas prácticas. A esto se le llama cyberbullying, donde la tecnología es utilizada como medio para ejercer amenazas, insultos y/o humillaciones a través de fotos, videos o textos, muchas veces compartidos con información falsa.
En muchas ocasiones esta realidad es minimizada o pasa inadvertida por los adultos, invisibilizando las gravísimas consecuencias que el bullying genera a corto o largo plazo a quienes lo padecen. La exposición física y emocional de quien recibe los maltratos genera ansiedad, tristeza, soledad, baja autoestima, aislamiento, dificultades para vincularse con otras personas, miedo para ir a la escuela y bajo rendimiento académico, entre otras. Estos efectos psicológicos, emocionales y sociales son duraderos y, en sus formas más graves, pueden llevar a ideas suicidas e incluso a concretarlas.
Lamentablemente no hay cifras oficiales que reflejen la realidad del acoso escolar en todo el territorio nacional. Sin ellas, se torna más complejo generar políticas para erradicarlo y hacer seguimiento de sus indicadores como número de niños, niñas y adolescentes que lo sufren, cuántos se tuvieron que cambiar de colegio, cuántos sufrieron problemas psicológicos o psiquiátricos, cuántos los arrastran hasta la edad adulta y cuántos cometen suicidio.
La ONG Bullying Sin Fronteras sitúa a nuestro país en una situación muy preocupante: su Segundo Informe Mundial de Bullying correspondiente al primer semestre del 2023 posiciona a la Argentina en el quinto puesto de países con mayor cantidad de casos de acoso escolar, con 50.250. Esta preocupación aumenta si consideramos la medición anterior de esta misma organización presentada a principios de 2022. En ella la cifra fue de 14.800 casos, provocando un incremento del 240% en estos años.
¿Por qué se dan los ataques? Según el informe anterior, hace algunos años ciertas características físicas o el buen rendimiento escolar eran motivo de agresión, pero en la actualidad cualquier circunstancia puede ser objeto de ataque. Además, la ONG señala que estas causas pueden variar según el género: en niños están más vinculadas al bajo rendimiento en las actividades deportivas, mientras que en niñas se relacionan con estereotipos de belleza.
Esta situación tiene que cambiar. La violencia no debe ser aceptada en ninguna escuela y es importante hacer partícipes a niños, niñas y adolescentes en la construcción de las propuestas educativas. También tenemos que entender al acoso escolar como un problema social que excede los límites del aula y que, para solucionarlo, debemos lograr un compromiso de toda la sociedad. Para ello es necesario abrir espacios de diálogo y reflexión, y promover instancias de comunicación fluidas entre actores de la comunidad (madres, padres, directivos, profesorado, estudiantes, clubes, entre otros), prestando especial atención a cambios significativos de conducta de las infancias y adolescencias.
Desde Aldeas Infantiles SOS proponemos la educación en valores como forma de prevenir el acoso escolar: el respeto, la convivencia, la confianza y la igualdad son los pilares de este desafío. Éstos brindan a los niños, niñas y adolescentes recursos emocionales y relacionales para que puedan dejar a un lado la violencia, aprendan a defenderse y a ayudar a sus pares. También promovemos la construcción de espacios seguros y protectores donde se fomente el diálogo y las expresiones respetuosas, se puedan poner en debate temáticas de convivencia saludable, derechos individuales y colectivos, y la importancia de la empatía para reconocer el bienestar y el sufrimiento de los demás.
En esta línea, llevamos adelante diversas iniciativas. En nuestra filial de Rosario creamos el programa “Rondas de Paz” en cogestión con el municipio local en el marco del Plan Cuidar. El mismo tiene como objetivo la prevención de las violencias y la resolución pacífica de conflictos a través de talleres destinados a chicos y chicas de entre 11 y 13 años. Se desarrolla en espacios educativos, a partir de la generación de espacios de debate y reflexión con la participación activa de los/as niños y adolescentes.
Por su parte, en la filial de Oberá se llevan adelante diversos talleres junto a estudiantes del Colegio Hermann Gmeiner que buscaban abrir espacios de reflexión sobre comportamientos en la vida y el aula, y cómo construir vínculos saludables y libres de violencia en la juventud.
La educación en valores y la apertura al diálogo es la mejor herramienta que tenemos para poner fin a esta problemática social que trae graves consecuencias a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de nuestro país que lo padecen.