Para integrar la naturaleza y su mundo con el ecosistema digital, en el Centro de Innovación Tecnológica de Rosario avanzamos con un taller de jardinería para que los niños y las niñas lleven a sus casas una planta para cuidar.
No es una novedad que el cambio climático tiene consecuencias concretas sobre nuestras vidas y que las generaciones más jóvenes son quienes están más comprometidas en la lucha por nuestro planeta.
En Rosario en particular durante el 2020 se dieron unas importantes quemas del otro lado de nuestro río, el Paraná. El humedal, el ecosistema que está en las islas entrerrianas, ha sufrido una devastación que en la ciudad se ha percibido a través de nuestros ojos, viendo las lenguas de fuego del otro lado del río y en nuestros pulmones, oliendo y respirando el humo que venía desde allí.
En ese sentido es que nos pareció importante direccionar las herramientas que brindamos en el Centro de Innovación Tecnológica para trabajar una parte de la problemática ambiental y ponerla en práctica.
De manera sencilla, con unas plantas de Lazos de Amor en agua y con raíces, empezamos a reconocer sus partes, se buscó cuál era el origen de la planta y cuáles serían los cuidados necesarios para que se mantenga saludable. Así se les propuso responsabilizarse por el bienestar de la misma, buscando un lugar apropiado y manteniendo el riego las veces que fuera necesario.
Además, se buscó la tierra en las inmediaciones de nuestro espacio para poder plantarlas y que se la puedan llevar.
Así se pusieron las manos y nuestro compromiso en acción, reconociendo a las plantas como seres vivos a los que podemos afectar con nuestro accionar.