MAR DEL PLATA  – 18.02.25

Un espacio de aprendizaje y compromiso 

Movidos por la curiosidad y las ganas de ayudar, Jere, Brisa, Dylan, Haya, Tito y Alison comenzaron a involucrarse en tareas de mantenimiento en sus tiempos libres, acompañados y guiados por Gustavo, el encargado de estas actividades en la Filial. Con el tiempo, esto se convirtió en un taller donde intercambian conocimientos y colaboran con la comunidad. 

Todo comenzó a mediados de 2024, cuando a algunos de los chicos les picó la curiosidad y le pidieron a Gustavo que les enseñara a usar algunas de las herramientas con las que él trabajaba. Al principio, eran solo dos adolescentes, pero con el tiempo el interés creció y se fueron sumando cada vez más para colaborar en diversas tareas. Actualmente, son unos siete. 

A lo largo de estos meses, han aprendido mecánica liviana, desmalezado, pintura, construcción de estanterías y pequeños muebles, entre otras actividades. Es así que, movidos por las ganas de ayudar, también formaron parte de las tareas de puesta a punto de los Espacios de Cuidado Diario que tenemos en Mar del Plata. 

La voz de los participantes 

Respecto a esta experiencia, los chicos y chicas cuentan lo que significa para ellos: 

"Yo arranqué ayudando a Gustavo a arreglar cosas, y desde ahí le encontré el sentido. Aprendí electricidad, a termofusionar, soldar con estaño, manejar máquinas y pegar membranas. Lo que sé ahora es gracias a él, que me explicó y me dejó intentarlo hasta que me saliera bien. Más adelante, me gustaría hacer un curso para seguir aprendiendo", nos relata Jere. 

Brisa, por su parte, nos contó: "Primero empezó Jere y otro chico de la casa, y me picó la curiosidad. Es entretenido y puedo aprender algo nuevo. Hace poco, entre Jere y Gustavo me enseñaron a cortar con la sierra circular. Al principio me dio miedo, pero después pude hacerlo". 

Dylan resalta: "Me gusta todo lo que hacemos, desde ir al taller hasta colaborar en diferentes cosas. Por ejemplo, ahora estamos colocando reflectores que van a iluminar toda la Filial". Asimismo, agrega: "Fuimos a los Espacios de Cuidado Diario en Batán. Nos levantamos a las 6 de la mañana para llegar temprano y colocar membranas antes de que hiciera demasiado calor. Estuvimos limpiando y pintando. Quedó muy bien todo”. 

Haya, Alison y Tito también formaron parte de esta visita y valoraron la importancia de ayudar a otros. Haya recuerda: "Fui con ellos a cortar el pasto, hidrolavamos los pisos y quedamos contentos con el resultado". 

Alison comparte su motivación: "Yo me sumé pintando porque a mí me gusta ayudar, hacer algo por los demás, y eso me convocó". Tito también encontró un propósito en esta iniciativa: "Participé pintando e hidrolavando los paredones de las casas. Estuvo bueno". 

Gustavo: un referente en la actividad 

Si hay alguien a quien los jóvenes destacan es a Gustavo, el encargado de mantenimiento, quien ha sido una pieza clave para que se enganchen con la actividad, compartiendo sus saberes y experiencia. Jere lo define como "muy groso, todo lo que sé hacer es porque él me enseñó". Dylan lo describe con admiración: "Es un genio, sabe de todo. Le decís de hacer cualquier cosa y él lo resuelve". 

Felicitamos a las chicas y los chicos por esta iniciativa y por todo lo que están aprendiendo. 

Este taller ha demostrado ser un espacio de crecimiento, cooperación y compromiso, que además de brindarles herramientas para el futuro, también fortalece el sentido de comunidad y la importancia de ayudar a los demás.