22.04.18

Una selfie del siglo XIX

En abril realizamos un taller de fotografía estenopeica junto a los adolescentes de la Filial de Mar del Plata.

Taller de Fotografía - Aldeas Infantiles SOS Argentina

La fotografía estenopeica consiste en sacar fotos de la manera más casera posible, sin casi ningún equipamiento.
Para eso hay que montar un cuarto oscuro, donde no entre ni una gota de luz. Utilizando unos productos, de a poco aparece la imagen que la luz imprimió en el papel.

¿Adentro va la cámara, no?, preguntaba Milagros (13), incrédula.

Alrededor de 15 adolescentes participantes de la Filial de Mar del Plata fabricaron sus propias cámaras. Al principio no terminaban de creer que lo que estaban haciendo iba a generar fotos. Armaban sus cámaras de cartón desconfiando, y luego las pintaban por dentro de negro. "Es importante que la oscuridad sea absoluta, que no entre nada de luz", explicaba Natalia, "cualquier mínimo rayo de luz vela la foto, la arruina". Natalia fue la fotógrafa encargada de llevar adelante el taller. Seguía de cerca el trabajo de los chicos, y despejaba sus dudas: "Mientras menos luz haya, más tiempo tarda en salir la foto. Por eso tenemos que apurarnos antes de que se vaya el sol".
 
Con las cámaras ya listas, los chicos colocaron el papel fotográfico en su interior. Pero para esto también había que tener cuidado, y hacerlo dentro del cuarto oscuro. Ahí, la oscuridad debe ser total, por lo que hubo que cubrir ventanas con cartulinas negras, y asegurarse de que ninguna hendija filtrara ningún pequeño rayo.
Colocaron el papel, sellaron la cámara con cinta negra, y fueron en busca de su lugar preferido en la aldea, para congelarlo en un instante. Algunos eligieron la canchita de futbol, otros su casa, y hasta hubo quien se animó a un autorretrato.  Pero en ese momento entró en juego la impaciencia. Acostumbrados a la fotografía digital, esperar 10 minutos para sacar una foto era una eternidad. "¿Cuánto falta?", preguntaban a cada rato.
Pero lo lograron, y con sus cámaras de cartón se dirigieron al cuarto oscuro nuevamente, donde abrieron las cajas, quitaron el papel, y lo pasaron por los productos necesarios para que la imagen quede fija para siempre.
 
Entonces, cuando vieron sus producciones colgadas de un hilo, una al lado de la otra, se dieron cuenta que esa caja de cartón era una cámara de fotos. Recién ahí comprendieron que lo que hacían era real.