02.10.19
Día Internacional de la No Violencia
El 2 de octubre es el día Internacional de la No Violencia, a partir de una resolución de Naciones Unidas con el fin de concientizar a la sociedad y asegurar una cultura de paz, tolerancia, entendimiento y no violencia.
Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina trabajamos hace 40 años, de manera integral y directa en el abordaje de la violencia en las relaciones intrafamiliares y la protección infantil. Ya sea generando entornos protectores y seguros donde los niños crezcan y se desarrollen en contextos libres de violencia, como también en el acompañamiento a las víctimas cuando las estrategias de intervención desarrolladas por diferentes actores sociales no fueron suficiente.
La violencia es transversal a nuestra sociedad: se pone de manifiesto en la interacción de personas donde existe una relación de poder entre unos y otros. Poder que, real o simbólico, establece una relación entre dominantes y dominados, entre fuertes y débiles. Lamentablemente este binomio continúa presente en distintos contextos donde la violencia se presenta de manera recurrente. En el ámbito laboral, en el ámbito escolar o en el ámbito intrafamiliar, sólo por mencionar algunos.
Las modalidades vinculares violentas adquieren diferentes formas, violencia física, violencia emocional, abuso sexual, negligencia, violencia de género, entre otras. Estas denominaciones no son más que los diferentes rostros que asume un particular modo de vincularse donde hay “alguien” que se cree con el poder de decidir y actuar sometiendo la voluntad, el cuerpo, los deseos e intereses de otro/a. En el caso de los niños y niñas, las estadísticas refieren que en Argentina el 60% de ellos son víctimas de violencia. Estos indicadores reflejan una situación dramática pero incompleta: no contemplan los casos en que niños y niñas son violentados al ser testigos de vínculos violentos entre adultos. A su vez, al volverse algo cotidiano, estos vínculos violentos se reproducen y naturalizan, afectando al entorno donde esos niños crecen.
Abordar la problemática de los niños y niñas testigos de violencia nos remite directamente a la violencia de género. En los últimos meses, este particular modo de violencia se cobró la vida de 4 mujeres en un mismo fin de semana: fueron asesinadas brutalmente. Durante 2019, e independientemente de la edad o la condición social, más de 220 mujeres fueron víctimas según datos del Observatorio de Violencia de Género “Ahora sí que nos ven”.
Por su parte, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, publicó un estudio donde expresa que durante el 2018, 202 niñas, niños y adolescentes, se vieron afectados de manera directa ya que estaban al cuidado de las mujeres asesinadas. Ese número ya asciende a 148 en lo que va del año según el mencionado observatorio.
La violencia hacia las mujeres forma parte del entramado de una construcción histórica social y cultural reforzado a través de imágenes, de patrones de conducta toleradas, reproducidas naturalmente, sustentadas en explicaciones que justifican ese particular binomio de poder y sometimiento intentando convertir en legítimo aquello ilegal. Pero esa tolerancia tiene su punto de quiebre en el mismo momento en que ello se hizo visible. Hoy esa violencia tiene nombre, la sociedad ya sabe qué es la violencia de género, qué significa que se hable de femicidio en los medios de comunicación. Ahora es necesario que además sigamos alarmándonos cada vez que esta noticia aparece y exijamos las respuestas necesarias para que esto no se vuelva a suceder.
Lamentablemente los datos estadísticos no son alentadores y todavía queda mucho por hacer; no alcanza con la sanción de leyes o la tipificación penal. Es necesario romper con ese patrón reproducido culturalmente y para ello es el Estado quien debe poner en funcionamiento el andamiaje de recursos e instituciones capaces de prevenir, contener, resguardar y acompañar a las víctimas de la violencia de género, para llegar a tiempo.
Que este 2 de octubre sea un día para concientizar y para desnaturalizar la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Solo así seremos capaces de vivir en una sociedad en condiciones de asegurar una cultura de paz, tolerancia, entendimiento y no violencia.
Alejandra Perinetti
Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina