07.03.17

Acompañamos a las mujeres en la lucha por sus derechos

8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Para alcanzar entornos democráticos en los que las personas ejerzan plenamente sus derechos, es necesario que exista un acceso equitativo de toda la población a los bienes y servicios que ofrece el actual modelo de desarrollo, que nos define como sociedad y que se encuentra caracterizado por múltiples desigualdades.

Hombres y mujeres sufren las consecuencias de este sistema, sin embargo, debido a las múltiples formas de exclusión y discriminación por sexo y género, son las mujeres quienes sienten en mayor medida estos efectos.

En los últimos veinte años, en América Latina y el Caribe se registró un aumento de la participación de las mujeres en la esfera laboral. Sin embargo, el acceso a condiciones de empleo digno y de calidad no ha tenido mejoras significativas y las mujeres siguen obteniendo más empleos precarios e informales, en comparación con los patrones de empleo de los hombres.

En nuestra región la participación de las mujeres en el campo laboral no ha crecido equitativamente en comparación con la de los hombres; y estas desigualdades en el mercado de trabajo se manifiestan de muchas formas, una de ellas es la exclusión de uno u otro género en ciertas actividades que la sociedad atribuye al otro.

En el caso específico de las mujeres, las consecuencias de este tipo de segregación se traducen en desigualdad de remuneración, menores oportunidades laborales y escasas alternativas al momento de elegir un oficio o carrera profesional.

Para superar esta inequidad es necesario reinterpretar socialmente los elementos simbólicos que atribuyen un significado inferior al trabajo realizado por las mujeres, así como la jerarquización con que se estructura la división sexual del trabajo en la sociedad.

Aldeas Infantiles SOS cree necesario incidir directamente sobre esta realidad, reconociendo, en primer lugar, las desventajas que enfrentan las mujeres; es por eso que a través de la Política de Igualdad de Género asume el compromiso de promover la transformación de las condiciones que profundizan las brechas de género.

Es necesario transformar la perspectiva patriarcal de la división sexual de trabajo que impone roles y condicionamientos sociales para hombres y mujeres, por lo que, el empoderamiento económico de las mujeres implica necesariamente un trabajo del conjunto social, en el que todos se sientan comprometidos a desafiar esta brecha de género.

Este 8 de marzo, paramos y salimos a las calles para luchar por la igualdad salarial y económica, para apostar por el empoderamiento de las mujeres y por la transformación del sistema de ordenamiento social que condiciona el equitativo desarrollo de mujeres y niñas.