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Junto con las madres comunitarias y los niños y niñas que asisten al espacio de cuidado diario, fuimos leyendo cada parte del cuento y reflexionando sobre el relato. Por ejemplo, tomamos una parte que dice “Poseemos el derecho de tener un nombre, un país y una lengua. Y el deber de respetar todos los nombres y las lenguas del mundo” y charlamos sobre los nombres de cada uno de los niños.
Después, le preguntamos a Bety, madre comunitaria, sobre quién le había elegido el nombre a su hija Yoana, niña que asiste al HC, y el porqué de la elección. Lo mismo con Carina, otra madre comunitaria, y su hijo Maikol Ciro. Una vez finalizada la actividad, cada uno de los niños se comprometió a preguntar lo mismo en casa: Quién le eligió el nombre y por qué.
Hacia el final del día, los niños dibujaron la parte del cuento que más le gustó, con mucho color.
Orgullosos con sus producciones se sacaron fotos para mostrar lo lindo que quedaron sus dibujos.