Desde el año 2002, cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil con el objetivo de visibilizar la gravísima problemática que atraviesan las Infancias y Adolescencias. Niños, niñas y adolescentes son vulnerados en sus derechos siendo víctimas de claras explotaciones, pero también llevando a cabo obligaciones, responsabilidades y tareas para las que no están preparados desde un punto de vista bio-psico-social. Estas acciones limitan el acceso al derecho a la salud; a la educación ya que facilita la inasistencia – la repitencia y aumenta la probabilidad de abandono escolar; al juego libre; y condicionan fuertemente las posibilidades de desarrollo y el despliegue de sus plenas capacidades de elección y proyección del futuro.
En nuestro país el Trabajo Infantil constituye un delito y representa una de las más graves violaciones a los derechos en las Infancias y Adolescencias. De acuerdo con la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes 2016-2017 publicada en el año 2018, el 10% de los niños y niñas de 5 a 15 años realizan al menos una actividad productiva. En las áreas rurales aumenta a casi el 20%. Si miramos el impacto de este flagelo en adolescentes de 16 y 17 años, la cifra asciende al 31,9% del total del país que realiza al menos una actividad productiva, mientras que en las áreas rurales lo hacen el 43,5%.
La situación de la pobreza en Argentina impacta de manera negativa y profunda en las Infancias y Adolescencias, siendo uno de los factores de incidencia del Trabajo Infantil. Datos del INDEC, correspondientes al segundo semestre del 2021 en base a la Encuesta Permanente de Hogares, indican que el 51,4% de las niñas, niños y adolescentes vive en la pobreza, lo que se traduce en 5,5 millones de niños/as menores de 14 años. Otro grupo se ve obligado a cumplir con alguna actividad productiva para ayudar a sus familias, u otras personas de su entorno cercano, esta situación representa el 67,7% de infantes urbanos y 65,2% de sus pares rurales.
Si bien la crisis económica es profunda y está en la esencia de la problemática, debemos seguir trabajando para visibilizar una práctica que pone en riesgo a millones de niños, niñas y adolescentes que se ven obligados a volcarse a las actividades productivas cuando deben vivir una vida con pleno acceso a sus derechos. Asimismo, seguir ubicando el tema en un lugar de prioridad en la agenda pública con el fin de desarrollar acciones para abordar la problemática y trabajar en perspectiva de derechos y accesibilidad.
Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina tomamos en cuenta a diario esta realidad e intentamos revertirla desde nuestros programas. Cada día trabajamos en la construcción de entornos saludables, seguros y protectores, donde los niños puedan desarrollarse plenamente libre de cualquier forma de trabajo infantil, y sobre la base de vínculos afectivos positivos que propician la participación en las actividades y asuntos que les conciernen. Impulsamos y convocamos fuertemente al compromiso del Estado para abogar por los derechos de niños, niñas y adolescentes para que se implementen todos los recursos necesarios para arribar a soluciones integrales que mitiguen, desarticulen y en su fin máximo erradiquen el Trabajo Infantil y sus negativas consecuencias.
Por la Lic. Alejandra Perinetti, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina