Con la guía de la profe Lili, las chicas y los chicos comenzaron el primer encuentro de este taller seleccionando un sector de tierra dentro del predio de la Aldea en Luján, donde iniciaron las tareas de preparación del terreno. Estas incluyeron el movimiento de la tierra, limpieza del sector, demarcación con tanzas y maderas de colores, y, por último, el regado y la plantación de diversas especies.
En este espacio se colocaron hierbas aromáticas como orégano y perejil, y hortalizas como chauchas y lechugas. Adolescentes y jóvenes tendrán el compromiso y la responsabilidad de regar y mantener las plantas, asegurando su crecimiento y salud.
Un momento de encuentro y conexión
Además de las clases de cultivo y cuidado de una huerta, este taller se convirtió en un momento de encuentro ya que los/as chicos/as disfrutaron de la actividad mientras escuchaban música y compartían unos mates, creando un ambiente distendido y de compañerismo.
Si bien en su inicio estuvo pensado para adolescentes, la iniciativa generó interés en otros/as participantes que, entusiasmados/as, pidieron unirse a la iniciativa.
El taller de huerta ha resultado ser una actividad enriquecedora que no solo fomenta el aprendizaje práctico, sino que también fortalece los lazos entre las chicas y chicos que viven en la Aldea y promueve un sentido de responsabilidad y cuidado del entorno.