ALDEAS INFANTILES SOS
– 09.04.24
Entornos seguros y protectores: ¿qué son?, ¿cómo construirlos?
El desarrollo pleno de niños, niñas y adolescentes es un derecho humano universal y solo se consigue en entornos protectores con seguridad afectiva.
Los entornos seguros y protectores son la condición imprescindible para hacer posible la crianza positiva desde el afecto y el amor, dejando atrás prácticas violentas y humillantes que generan miedo, entendido como una amenaza a la propia supervivencia: si una persona vive con miedo no se desarrolla integralmente.
Dicho de otra manera, cuando un adulto/a o un niño, niña, adolescente o joven siente miedo no puede dormir bien, comer bien, esforzarse en una tarea, trabajar, pensar o construir vínculos con otras personas.
En este contexto, el pleno desarrollo de una persona en todas sus facetas (cognitiva, social, afectiva y física) solo es posible en entornos seguros y protectores. Esto es necesario tanto para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes como para los/as adultos/as. Solo cuando una persona se siente segura y a salvo es capaz de estudiar, trabajar, relacionarse, distenderse o esforzarse a pleno rendimiento.
En el marco de la crianza, para promover estos espacios es fundamental comprender la diferencia entre el control y la seguridad. En muchas familias prevalece una educación basada en el control de la conducta del niño, niña o adolescente, mientras que la crianza positiva propone una forma de educar donde las familias, cuidadores o educadores puedan basar su crianza en el vínculo afectivo y el respeto de sus tiempos. Una persona se siente segura cuando no tiene miedo de que su entorno le abandone o desaparezca en cualquier momento.
Los/as adultos/as, al ser independientes y autónomos/as, pueden crear sus entornos, promoverlos y tomar acciones necesarias para protegerse si su supervivencia está en peligro. Por el contrario, los niños, niñas y adolescentes dependen de las personas adultas para su cuidado y protección, quienes tienen el deber de garantizar entornos seguros en los espacios de crianza y convivencia.
Frente a esto, es sumamente importante que los/as adultos/as construyan conscientemente entornos seguros y protectores donde sus hijos/as puedan relajarse, descansar, dormir, jugar, crecer, estudiar y desarrollarse plenamente. Y ese entorno no se crea desde el control de las conductas sino desde la consciencia y las relaciones afectivas.
En Aldeas Infantiles SOS asumimos el compromiso integral de crear entornos seguros y protectores en todos nuestros espacios de cuidado. La Afectividad Consciente es una competencia clave en esta construcción y la fomentamos permanentemente. Todos los colaboradores y colaboradoras dentro de la organización debemos poseerla para generar espacios donde los participantes de nuestros programas puedan desarrollarse en la plenitud de sus derechos.